Tomarte en serio💍
En agosto del 2022 me comprometí y en diciembre de ese mismo año me casé.
Querer moverte hacia un lugar requiere en gran parte trabajo emocional y mental, de un montón de hábitos y decisiones que tomar.
Cada acto de autocompasión, es una gota de agua bendita que nutre nuestras raíces. Es un viaje intrépido hacia lo más profundo de nosotros mismos, donde las sombras del pasado son iluminadas por la luz de nuestro “Yo” futuro.
Cada cambio es un renacer, como una mariposa que rompe el capullo de la complacencia. El corazón que latía atrapado en las cadenas del conformismo, comienza a latir con una nueva fuerza, una vitalidad que se desborda en olas de transformación, abriendo puertas.
El cambio se convierte en un compromiso contigo mismo, un juramento de amor que florece en un jardín de poder, magia, crecimiento y autocompasión. Bien dicen que el cambio surge de adentro hacia afuera.
La transformación es un regalo emocional que nos regalamos a nosotros mismos.
Liberar el cuerpo
Hablarle a tu cuerpo, tocar las partes que te llaman, esas que necesitan atención, apapacho y cuidado. Tu cuerpo te habla, a veces en silencio y otras en llamas. Él tiene su propio ritmo y lenguaje, su propia manera y vive con emociones alternas.
Hablarle a tu cuerpo y decirle: “¿Por qué te duele? ¿Qué es lo que sientes? Aquí estoy y me abro a escucharte mientras te siento”.
Hablar con tu cuerpo y hacer acuerdos: “Oye mañana nos levantamos a las 6:00 am, no apagues la alarma cuando suene”.
Tu alma ya tiene un contrato y te está pidiendo permiso para que firmes.
La resistencia se siente y el cuerpo la habita, por eso no basta saber el por qué de la no acción, porque la consciencia solo es la puerta abierta, hay que entrar a la habitación para poder ir a la siguiente.
Simboliza tus promesas
En agosto del 2022 me comprometí y en diciembre de ese mismo año me casé.
Ambos eventos fueron especialmente íntimos. No sucedieron como algún día soñé, sin embargo, fueron muy significativos y superaron cualquier expectativa.
Me acompañaron mujeres de todas las edades, esas mujeres que han estado en momentos muy importantes de mi vida, de mi crecimiento y de mi evolución como ser humano. Todas ellas juntas. Las mujeres que he sido y las que quiero ser. Todas ellas auténticas, hermosas y valientes. Todas ellas reunidas en la privacidad de mi corazón.
En ese momento lleno de amor, gratitud, plenitud, dicha y gozo; mientras me colocaba el anillo, les prometí tomarme más enserio. A mí, a mis ideas, a mis sueños, a mi cuerpo y a cada una de ellas.
Prometer algo es permitirle a tu voluntad que se exprese de la forma más amorosa y compasiva. Es hacer cierto sacrificio (sí, otra vez me topo con esta palabra🙃). Prometer, es hacer un acuerdo y comprometerte a cumplirlo.
En este caso, lo simbolicé en un anillo que sigo portando en el dedo. Lo he hecho con otros objetos, como “las poderosas”.
Representar visualmente cómo nos queremos sentir o a dónde queremos llegar, potencializa esa energía que queremos habitar. Tener cerca ese símbolo, cualquier que este sea, es un recordatorio para cumplirnos, honrarnos y movilizarnos hacia eso que nos prometimos. Comprometerte contigo, tomarte más en serio es el acto de generosidad más grande.
Después de este tiempo, mi cuerpo me está pidiendo moverse hacia otro lugar, y para lograr atravesar la habitación es momento de integrar. Integrarlo tooooodo, es momento de subirlo al otro nivel, transmutarlo a algo más tangible que se sienta en mi cuerpo con mayor fortaleza.
¿Cuánto de lo que te creas sigue permaneciendo allí en tu cabeza ?
-Mon ✨
Oye qué bonito!! Compromiso eterno 🩵