Sacritud 🧘🏽♀️
Necesitaba una palabra que definiera el significado sagrado que le damos a la cosas, y que al mismo tiempo reflejara nuestro poder interior.
El duelo del ser
Hace unos meses vivía el duelo de desprenderme de una versión que ya no estaba en sintonía. Algo faltaba, o tal vez, algo sobraba.
Mientras escribía para intentar acomodar todo lo que mi cuerpo sentía, surgió esta combinación de palabras que sentí como un susurro de Dios.
Sagrado + Acritud + Actitud: SACRITUD
La palabra sagrado, significa digno de venerar. Aquello relacionado con una fuerza sobrenatural o que resulta digno de admiración y devoción. También, se refiere a la divinidad.
Por otra parte, acritud, en pocas palabras significa agrio. Se usa para describir la amargura o aspereza de las cosas, especialmente cuando se perciben con el sentido del gusto u olfato. También, para señalar la rudeza o aspereza en el trato, el lenguaje o el carácter.
En el ámbito de la metalurgia, la acritud es una propiedad que los metales adquieren como resultado de la deformación en frío, también conocida como endurecimiento. Este proceso aumenta la dureza, fragilidad y resistencia del metal, aunque reduce su maleabilidad.
Sin embargo, existe un tratamiento térmico para los metales que tiene como objetivo restaurar las características originales del metal después de la deformación en frío. Esto incluye la plasticidad y tenacidad, además de eliminar tensiones internas, permitiendo al metal recuperar sus propiedades para ser trabajado nuevamente. Este proceso consta de tres fases:
calentamiento del material
reposo de la temperatura durante un período de tiempo específico
enfriamiento de manera lenta y gradual.
Y después de esta breve explicación técnica y de diccionario, te comparto esto porque para mi, vivir el duelo de crecer emocionalmente siendo adulta, se siente como el proceso del metal.
En la etapa del calentamiento, es reconocer, indagar, profundizar, y sobre todo, querer rascarle a lo que sientes que te detiene, te bloquea o te limita. La etapa del reposo es integrar todo lo aprendido y las herramientas que vas sumando en el camino. Y el enfriamiento, es disfrutar de los frutos cosechados, de sentir paz, calma y tranquilidad en tu cuerpo y en tu corazón, y esto se consigue cuando regresas a tu verdadero ser.
Y al mismo tiempo, esta última etapa dependerá de la actitud, que en esencia, es la respuesta emocional y mental a las circunstancias de la vida, la cual, curiosamente, se proyecta con nuestro movimiento y postura corporal.
Chakra sacro
Los pocos conocimientos que tengo de este tema han sido suficientes para corroborar que nada es casual, que todo está conectado de manera mágica, intencional y necesaria.
Este chakra, desempeña un papel vital en el equilibrio y bienestar del cuerpo y la mente. Se ubica en el coxis y se relaciona con aspectos emocionales, sexuales y creactivos.
El duelo de dejar de ser la mujer (o niña) que creía ser para agarrar mi poder en toda la feminidad de la palabra. Me sentía rota y dolía, pero sabía que se estaba quebrando algo en mi para que esa nueva versión pudiera resurgir. Porque estoy segura que no hay una versión externa que haya que integrar, todas las llevamos dentro, solo hay que desbloquear.
Necesitaba poner en una palabra todo lo que estaba sintiendo durante este proceso. Una que reflejara la metamorfosis de dejar de vivir mi vida desde la niña herida para vivirla desde la madurez y responsabilidad que conlleva ser la adulta.
Así que sacritud me hizo sentido y este proceso ha sido único, auténtico, mágico y transmutador, y de todo lo que significa para mi esta palabra, no sé si inventada, pero sí apropiada.
Ritual poderoso
El último año ha sido agotador emocionalmente. Mucho que romper y soltar. Y mi cuerpo también lo hizo, se liberó de muchas formas, y una de ellas, fue incluso antes de darme cuenta.
Recurro a los rituales a menudo para conectar con el momento presente, al final son comportamientos o acciones que hacemos con un significado simbólico, y que al menos para mi, me generan un sentido de pertenencia.
Y justo quería pertenecerme, y para eso me guío de la naturaleza, mi corazón siempre me habla, siempre me guía, y en esta ocasión sentía mucha firmeza y claridad, así que lo seguí una vez más.
Bien decía mi Ito (mi abuelo):
“La medicina está en la naturaleza”.
La hoja santa, también conocida como acuyo, tiene forma de corazón. Mi mami Rosa (mi abuela) la ocupaba seguido en la cocina, y solo le bastaba ir a su jardín para cortar sus hojas.
Siempre me llamó la atención, porque además de tener forma de corazón, tiene sus venas muy marcadas. El olor es delicioso y los platillos que la integran, saben muy ricos.
Tiene muchos beneficios para la salud, sobre todo si se toma en infusión. Así que en pandemia, mis papás me regalaron la que tenían en casa en una maceta. Fue mi fiel compañera cuando me dio covid.
Desde entonces, la he ocupado más seguido para darle un apapacho a mi cuerpo y a mi corazón. Hasta que un día me llamó e hice un ritual con ella, el cuál consistía, en resumen, en liberar y soltar.
Así que, además de haber sido un obsequio de mis padres, la considero un regalo de Dios, es una planta mágica con gran fuerza en su interior, que me ha ayudado a reconocer mi poder y mi fuerza.
Hoy sé que mi corazón fue guiado por el corazón de la hoja santa.
Un ritual en donde vi y honré mi pasado, enterré esa versión y hoy, después de meses, ha nacido quien realmente soy (por ahora).
Sagrado corazón
Sagrado, es mi corazón que me guía a dónde voy. Sagrado, es el silencio que me da voz. Sagrado, es el ritmo que me da movimiento. Sagrado, es mi cuerpo.
Te comparto un extracto de las conversaciones que he tenido con mi cuerpo, realmente está haciendo un gran trabajo para poder sostener esta versión que necesita de él:
Querido cuerpo: aun estoy aprendiendo a amarte, a escucharte, a respetarte y a honrarte. Sé que aun tengo muchas juicios, pensamientos intrusivos, y creencias limitantes. Sin miedo, hoy decido animarme a diluirlos.
Querido cuerpo: gracias por llenarme de vida, de color, de ideas e inspiración. Cada día estoy más segura de que soy mi propio medio, y mi propio instrumento de sanación.
Querido cuerpo: gracias por moverte hacia donde nos guía el corazón.
Confía en lo que tienes y las cosas saldrán bien por arte de magia.
En este episodio te comparto mi experiencia de bajar al cuerpo y cómo ha sido este proceso.
Escribir para sanar y florecer: Taller presencial
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