Regresar a ti
Regresar a ese espacio al que llamas casa.
Ir al patio trasero para cuidar y regar tus plantas.
Deshacer la maleta y poner las cosas en su lugar habitual.
Cambiar las sábanas con olor a suavizante que hace querer abrazarte.
Dormir en tu colchón.
Despertarte sin alarma antes de que salga el sol.
Escribir.
Tomar la clase de las 8:30 am con un nuevo instructor.
Volver a mover de a poco el cuerpo.
Preparar los alimentos en tu cocina y servirte en tu plato favorito.
Hacerte el café por la mañana y tomarlo en esa taza que te inspira.
Abrir tu laptop en tu escritorio y no en una mesa improvisada.
Conectarte por zoom para definir las tareas y objetivos de la semana.
Partir la última rosca con personas que casi no ves pero aprecias.
Regresar a tu ritmo, a tu tiempo y a tu espacio.
Crear tu rutina.
Acabo de llegar a casa después de unos días llenos de abrazos, besos, comida deliciosa y de estar con los míos.
Cuando salimos de la "rutina" nos damos cuenta en qué están sustentados nuestros hábitos y qué tan importantes y necesarios son para nuestro cuerpo, emociones, mente y energía.
Desde septiembre, me he dado la oportunidad de empezar a crear una nueva vida, pero sabía que para lograrlo o al menos intentarlo, tenía que rendirme ante la resistencia y decirle: "¡Ayyyy! Está bien. Tú ganas, te acepto y cuando te sienta, en lugar de echarme para atrás daré un paso hacia adelante”. Fue como hacer las pases con ella y empezar a verla como una invitación y no como una barrera.
Detrás de la resistencia habita el miedo.
A veces el miedo se viste de resistencia y otras veces de enojo, crea un escudo para protegerse de su vulnerabilidad porque el miedo tiene miedo de ser descubierto.
¿Por qué te comparto esto? Porque por mucho tiempo puse la resistencia en medio, y yo misma me impedía el paso hacia los lugares que quería ir. En lugar de construir un puente hacia mis sueños, alzaba un muro que me impedía ver y tener claridad.
Construyendo el puente
La palabra sobre la que quiero construir ese puente es disciplina, porque te da estructura para poder crecer, para ir de un lugar a otro, para moverte sin perder o dejar de hacer.
Para ser honesta tan solo escuchar la palabra disciplina me provocaba mucha resistencia, miedo y enojo, porque tenía la creencia de que para ser una persona disciplinada tenías que sacrificar unas cosas por otras.
Realmente desconocía qué se sentía, pero tus sueños te exigen eso: es la moneda a cambio, el trueque o intercambio. Sin embargo, no solo he tenido que hacer las pases con la resistencia y con la disciplina, también con muchas otras palabras y creencias como sacrificio. 🙄
Creo que todo es una elección, y al tomar ciertas decisiones está implícito el dejar ir ciertas experiencias, al menos durante un tiempo (¡el tiempo que tú también elijas!).
Me estoy esforzando para que la disciplina se vuelva mi fortaleza. La fortaleza de mis hábitos, de mi creatividad, de los cimientos de ese puente que estoy construyendo para llegar a los lugares, a las metas y a las versiones que mi corazón desea.
También que sea mi Fuerte, para protegerme de las impostoras que viven en mi cabeza, de los pensamientos intrusivos y de los momentos de pereza.
Peticiones correspondidas
Pensé que no era disciplinada hasta que escribiendo me cayó el veinte que sí lo he sido pero no en todas las áreas de mi vida. Esa es la riqueza de la escritura: encontrarte y verte con otros ojos.
He sido constante y disciplinada en la escritura por las mañanas. Casi no me he permitido fallar porque he experimentado la magia y los beneficios de esta gran herramienta.
Tal vez solo es hacerte preguntas y responderlas, a veces te llegan solas, pero escribiendo puedes encontrarlas más fácil. Te invito a tomar una hoja en blanco y responder ¿En qué áreas de mi vida soy disciplinada? ¿En qué áreas de mi vida quiero ser más disciplinada?
Esta práctica me ha ayudado a lo que te compartí arriba: a resignificar palabras, a deconstruir creencias y a construir nuevas. A tener claridad y así construir puentes que apunten hacia la dirección correcta.
Le escribo a Dios, al Universo y a la vida, y me han respondido a través de oportunidades en donde tengo la responsabilidad de elegir. Aunque la mayoría de las veces no llegan como tu las pides, sino al revés. Cuando estas oportunidades se presentan y siento resistencia, sé que allí puede estar la respuesta.
Siempre he visto a la vida como una hoja en blanco, tú decides qué historia quieres escribir, si prefieres dibujar, pintar, romperla en pedacitos, mantenerla en blanco o dársela a alguien más. Para mi la vida es un caso de estudio de nosotros mismos. Es un experimento en el que con cada intento, una versión de nosotros se transforma.
La disciplina, la constancia y la estructura siempre siempre siempre te van llevar a donde quieras ir y también a regresar a ti.
Si bien escribo diario, no todo lo que le confieso al papel lo comparto. Me gusta que la intimidad se quede en su lugar.
Sin embargo, en este camino de crear mi puente, mi Fuerte y de construir una versión de mi más disciplinada, decidí escribir más por aquí, así que cada lunes recibirás este newsletter en tu correo en donde te seguiré compartiendo lo que voy aprendiendo desde mi experiencia.
¿Por qué los lunes? Te lo cuento en el próximo correo.
-Mon ✨