Recom-pensar
Piensas que tarde o temprano te toparás con una recompensa pero no vivas esperándola. Puede que no llegue y está bien.
Hay textos que se quedan en papel y otros en la notas del cel. Hay veces que las paso de un lado a otro pero sin importar en donde los acomode escribirlos me da placer.
La conexión que tengo con una hoja en blanco no la tengo con nada ni nadie. El papel se ha convertido en mi lugar seguro, en mi camino y espejo. En un espejo que me habla sin voz y encuentra las palabras exactas para reconocerme, aceptarme y hacerme sentir mejor.
Honrar mis necesidades, retirarme cuando arde y encontrar la magia en lo inefable.
Escribir para acomodar.
Escribir para digerir.
Escribir para soñar.
Escribir para encontrar respuestas.
Escribir para preguntar.
Todo está dentro, en la sabiduría interna. A veces duele, a veces te despierta, otras te mueve o te quema pero cuando menos los esperas ahí está, ahí estás viviendo la recompensa. Y la vida te sorprende regalándotela de otra manera, no como imaginabas sino como algo más poderoso que expande tu corazón, tu alma, y así, justo así te elevas.