He hecho cosas que no he querido con la intención de darme una oportunidad; ya sea en algún contexto, con ciertas personas o en un lugar.
Las respuestas no siempre son acertadas. Muchas veces esa oportunidad se vuelve una culpa inmediata. ¿Qué hago aquí? ¿Para qué vine?
Esa incomodidad de darte cuenta que ya no te gustan las mismas cosas que antes, ese momento en el que llegas a la conclusión de que las razones por las que elegías hacerlas fueron erróneamente necesarias para esta “nueva” perspectiva, para este despertar y aceptar que tal vez nunca te gustaron.
El precio a pagar por tomar mayor consciencia y hacerte cargo, es alto.
Tal vez por eso a muchas personas nos cuesta vernos, porque no todo es luz. Elegirnos con todo y todo es lo más difícil.
Ver cosas que antes no veías, ver partes de ti que siempre han estado y no te habías dado cuenta, es un acto de amor y un trabajo, ambos igual de profundos. Es una mezcla de sabores que te hacen despertar todos tus sentidos y sentir todo a flor de piel. Es un proceso que a veces pareciera no tener sentido, que no tuviera avance ni mucho menos fin, pero sí que lo tiene.
Podría decirte que la valentía también está en saber rendirte ante ti para aceptar lo que tal vez no es necesario cambiar.
Hacer las pases contigo es una tarea diaria, a veces más sencilla y otras más compleja. Hay días que quiero tirar la toalla, momentos donde la víctima sale a flor de piel para decirle a la guerrera que deje de pelear. Es en esa conversación y la de todas las que soy y las que puedo ser, que logro comprender que nunca se ha tratado de luchar, sino de aceptar y dar lugar. Tan complejamente simple como eso.
En en tu interior tienes una fogata. Tu poder es ese fuego tranquilo, cálido y controlado. Siempre tienes que mantenerlo encendido sabiamente, no quieres que esa fogata se salga de control convirtiéndose en un incendio que quemé todo a su paso y asuste a todos.
La represión es alimento para apagar tu poder, como la arena apaga el fuego.
Si te encuentras en estas palabras quiero decirte que es normal, permítete sentir y que si la victima, la niña caprichosa o herida quiere salir, déjalas. Dales espacio y lugar. Es parte del proceso, y necesario.
Recuerda que todo pasa. Lo estás haciendo hermosamente bien. Te mando un abrazo apapachador.
~Mon 🫂
¿Cómo integrar las partes que se están rompiendo?
Hay un momento en la vida de toda mujer en la que se da cuenta que no es que tenga que dejar de ser niña para ser adulta, simplemente basta con integrar, porque no se puede olvidar quien fuiste, al contrario, tienes que recordarlo para saber quién quieres ser cada día.
Te comparto esta canción que me encontré en un reel de instagram y lloré a moco tendido. Espero te haga compañía y abrace a tu corazoncito.
Gracias, hoy lo necesitaba mucho 🙏🏼