Despierto. Siento el suelo bajo mis pies. Camino hacia mi cueva creativa que me dice buenos días con el sol traspasándose por las cortinas que mandó a hacer mi mamá. No me gustan y he pensado en cambiarlas. Tal vez, sigue allí porque es una manera de seguir teniéndola cerca. Me acerco a la ventana para abrirla y dejar que el aire me traiga el sonido de los pájaros o del ruido de la colonia. Veo el escritorio que era de papá. Ese que remodelé en plena pandemia y al que ahora quiero darle otro refresh. Me siento en la silla que necesita reemplazo. Cada día que la veo rasgada con ganas de escupir el relleno, lo recuerdo. Acaricio el journal que cada noche dejo sobre el escritorio. Lo abro en una hoja en blanco, tomo una pluma para comenzar a escribir la fecha y simplemente dejarme sentir. Las palabras salen, ¿De dónde? De todas partes. Hay días que habla mi cuerpo, mi alma, mi pasado, mi futuro, mis sueños. Hay otros, en los que las ideas me dirigen con la intención de tomar forma. Otros, en los que siento que no soy yo, que es algo más grande orquestándome con sutileza mientras escribo sobre el papel. 20 o 30 minutos tal vez. No suelo medir el tiempo, ¿para qué? Él me avisa, porque el sol empieza a retirarse poco a poco. A veces es 1 página o 3 hojas completas. Depende. De lo que haya que decir, de lo que haya que sentir, de lo que haya por explorar. No siempre es lo mismo. No siempre es igual. Y por eso lo hago. Me descubro diario.
Confieso que estos últimos días, he sentido pereza y desconexión, el reposo no es lo mío, pero he tenido que ser paciente para recuperarme favorablemente.
La cama y yo pasamos mucho tiempo juntas viendo los juegos olímpicos, películas, series y programas basura que hace tiempo no veía y que para ser honesta se sintió bien. No todo tiene que ser expansivo o transformador y no hay que sentirse culpable por eso.
He escrito poco en estos días, y estoy retomando a ritmo mi rutina con acuarelas, yoga y haciendo meditaciones. Estoy aprendiendo a escuchar(me), y también, profundamente agradecida con mi cuerpo por responder tan bien a la cirugía de dos molares (ya sé faltan dos más🥹). En el próximo Mon~day te compartiré prácticas de escritura para preparar al cuerpo ante algún evento o decisión.
Hay hábitos y prácticas que nos sostienen, que nos llaman. Para mi estos son los básicos o principales. ¿A ti que te mantiene conectada(o) contigo? Anímate a compartir para nutrir este espacio.
~Mon ✨