Nuestra vida, nuestra obra maestra.
Lo que es para ti llega aunque te ocultes, lo evadas y no lo quieras, y llega porque ese es el regalo que te da la vida: somos su arte y su obra maestra.
La energía se acomoda y va abriendo las puertas para que esos aprendizajes entren, y también se van cerrando puertas para que lo que salga ya no regrese.
Todo lo que pasa en nuestro presente no es casualidad, es el resultado de lo que hemos hecho y creído tiempo atrás. La energía anuncia nuestro poder y abre caminos para regresar al centro, a nuestro interior y a nuestro ser.
El perdón, la verdad y la libertad no ocurren de manera lineal, pero el tiempo ayuda a descifrar.
Te dejo algo que me escribí hace unos meses:
“Soy lo que soy, lo que mi alma me indica qué hacer. Soy inteligente, capaz, segura de mí misma y una increíble mujer.
Soy benevolente, soy luz más que oscuridad, soy mi propia guía hacia mi bienestar. Soy quien pregunta y responde con sabiduría.
Soy la alegría y la armonía, soy la hermana, hija, pareja, madrina y tía, pero antes que todo soy energía.
Soy magia y existencia divina y estoy aprendiendo cada día a honrar eso en mi vida”.
Con amor.
Mon.