Buscar y buscar, a veces sin parar. Presionarte por encontrar algo que ya tiene lugar.
Es más sencillo preguntar lo que no quieres escuchar que tomar la responsabilidad de ponerte a indagar-te.
Cuando has intentado mucho pero no lo suficiente, porque siempre se puede hacer más y mejor. Pero da miedo y si no sabes cómo darle la mano te jala a la silla que lleva detrás tuyo por muchos años.
Pero hay días que el miedo se esconde porque tu seguridad resurge y lo achica pero cuando crees que ya lo has domado el miedo regresa una y otra vez para decirte que no logras sostener tu poder, y en ese espacio vacío que genera la duda, el miedo se cuela para cerrarte las puertas y los huecos en donde veías posibilidades. Posibilidades que nacieron y habitan en ti pero por más que quieras no las puedes hacer tangibles y compartir. Porque no hay peor sensación que sentirte atrapada mientras quieres conquistar el mundo pero sin haberte conquistado a ti primero.
Y pasa el tiempo y la vida y sigues en donde mismo, queriendo ir al 100% en todo momento pero el miedo también te dice que tampoco es por ahí. La solución no es mantenerte en donde mismo sino aprender a moverte con suavidad y compromiso, porque avanzar para llegar a un lugar que te hace sentir vacío simplemente no tiene sentido.
Y a veces queda aceptar. Aceptar que tenemos miedo y que aun con él somos perfectos porque él también es un gran maestro. Aceptar para poder avanzar, porque no solo hay que abrirle la puerta a lo bonito y expansivo también a lo raro y confuso, a lo que solemos evadir y contener. Sentirse cómodo en la incomodidad también es un espacio para crecer. Un espacio que tiene un tapete de bienvenida que dice “Duele” pero igual cuando lo ves decides entrar y sí, sí duele, días menos y otros no tanto pero al final el resultado se disfruta y no por el resultado sino porque el proceso ha valido la pena.
Ser valiente no solo es hacer las cosas con miedo, sino también quedarte sentado en la silla a platicar con él para ver de dónde viene y comprender-te.
Y escribiendo esto, el miedo me susurra “¿estás segura que quieres hacer esto?” Y aunque me sigue ganando la batalla algunas veces también me está preparando porque no hay maestría, curso o diplomado que me enseñe lo que él me está regalando. Así que hoy sí, le voy a dar click en “Publicar” y a ver qué pasa.