Si no soy quien era, entonces ¿quién soy ahora?
La vida es una constante pérdida y ganancia, vivimos duelos que ni si quiera sabíamos que existían.
Hace unos meses sentía un abismo dentro de mi. La cuestión era emocional, pero comenzó a habitar cada rincón de mi cuerpo, sentía cómo si algo se estuviera desprendiendo de mi sin saber explicarlo, sin saber qué era; cómo si me estuviera rompiendo.
Esto fue tema en terapia durante varias semanas hasta que escuché las siguientes palabras: “eso que sientes es porque estás creciendo y crecer a veces duele”.
La noche oscura del alma, así le llaman.
Una crisis espiritual y de identidad, un periodo de tristeza, miedo, angustia, confusión y soledad. Mi compañera fiel: la escritura.